Entérate: si la primera imagen de esta entrada no te suena ni un poquito, no eres nadie. NADIE. Por lo menos, entre los (las más que los) niños y preadolescentes de este país. Si los dependientes de los grandes centros comerciales no se han reído de tus pretensiones de encontrar una muñeca en diciembre, estás fuera de onda; si no le has preguntado a desconocidos por la calle dónde compraron ese bolso, no has sufrido realmente en las compras de estas navidades. Y sí, todo eso me ha pasado a mí.
La razón de este despropósito se llama Monster High. Unos dibujos animados (con todo su merchandising asociado), cuyas protagonistas son las hijas de los monstruos más famosos de la historia: la Momia, Frankestein, Drácula, etc. Por supuesto, todas monísimas. De cada monstruita hay 3 ó 4 versiones de muñeca: normal, en pijama, de fiesta, con el novio... y todas, todas, están AGOTADAS siempre. Hoy, sin ir más lejos, he escuchado en la radio un anuncio de El Corte Inglés en el que avisaba de que sacaría a la venta un número muy limitado de muñecas en las próximas horas...
En fin, todo este rollo para introducir lo realmente interesante: mi regalo de estas navidades para mi princesa de la boca de fresa (casi 11, fan de Frankie), fue este conjunto de diadema y broche con el logo de Monster High. Porque ella será siempre mi princesa, pero una princesa de hoy día, sin corona y con pasadita cadavérica.
Portaos muy bien, ¡que ya no queda nada!
Y que contenta mi princesa!!!
ResponderEliminar...pues a mi la única muñeca que me ha gustado en mi vida es precisamente una monster....los reyes me la trajero en año pasado y para éste he pedido otra ja ja. La pasada es una pasada, valga la redundancia, preciosaaaaaaaaaaa Yolanda
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